“Los títulos de nobleza no dan amor.” La confesión se la hizo Viviana Canosa a una amiga íntima, una noche que se sintió sola. Corría el mes de octubre de 2011 y habían pasado unas semanas de su ruptura con Bruno Barbier, el empresario de origen belga –título de conde incluido– con quien tuvo un romance pasajero. Sin embargo, luego de separarse, hace un mes y medio que el amor volvió a golpear a su puerta: se trata de Alejandro Borensztein, el hijo de Tato Bores.
Viviana está feliz. Sin dudas, ésta es una época de su vida donde todo parece correr sobre rieles: en materia laboral, trabaja intensamente en la radio y en televisión. A esto hay que sumarle la reciente salida de ¡Basta de miedos!, su primer libro, que ya va por su tercera edición y es un éxito editorial. El rumor del noviazgo apareció esta semana y ambos sintieron que no podían ocultar más sus sentimientos. El viernes por la noche, PERFIL los retrató juntos por primera, vez a la salida de Gardiner, el restaurante de la de moda que hoy eligen los famosos.
Según pudo saber este diario, Canosa y Borensztein se conocieron hace un mes y medio. “Están empezando la relación y todo parece que va viento en popa”, confirmó a PERFIL Ana Rosenfeld, abogada y amiga de la conductora. “Vivi está en su mejor momento, está hermosa, le va bien profesionalmente, lo único que le faltaba era un hombre que la contenga. Cada vez que salíamos juntas yo le decía: ‘vos no tenés que estar tomando algo, vos tenés que estar con un hombre’”, agregó Rosenfeld.
Nobleza no obliga. A comienzos de este año, Canosa comenzó una relación con Bruno Barbier. Desde el momento que los presentaron, ella quedó deslumbrada con aquel hombre romántico y cultor del perfil bajo. Barbier es miembro de una de las familias más ricas de Bélgica, dueña de una fortuna que se calcula en los 373 millones de euros.
Pero sus millones y sus vínculos con la nobleza belga no fueron suficientes para conquistar el corazón de Viviana. “Ella necesitaba un hombre que no estuviera todo el tiempo arriba de un avión, alguien más terrenal, que le diera contención como mujer”, explicó a PERFIL una amiga de Canosa. “Ya se venía haciendo el duelo, de hecho fijate que ni lo nombró en el libro”, agregaron desde su entorno.
Borensztein es el hijo mayor de Tato Bores, tiene 53 años y es arquitecto de profesión. Desde hace dos años escribe una columna dominical de política y humor en el diario Clarín. “En mis ratos libres me ocupo de anotar todo lo que tengo en la cabeza y el resto es puro olfato”, explicaba hace poco a la revista Noticias.
Amante de la actividad física y el aire libre, en el año 1991 se instaló en Punta del Este, donde vivió diez años. En forma paralela, mientras sigue haciendo algunos trabajos como arquitecto, produce programas para los canales Sony y Fox. Actualmente está divorciado y tiene dos hijos: Julián y Manuel. “Te pido por favor que no me preguntes nada”, pidió amable Borensztein a PERFIL cuando lo consultó telefónicamente sobre su presente amoroso.
Ayer Viviana se mostró radiante y feliz en la librería Cúspide de Recoleta, donde firmó libros a 200 seguidores que fueron a verla. “Está feliz por todo lo que le pasa, y eso incluye su nueva relación”, concluyó un colaborador.
Amante de la actividad física y el aire libre, en el año 1991 se instaló en Punta del Este, donde vivió diez años. En forma paralela, mientras sigue haciendo algunos trabajos como arquitecto, produce programas para los canales Sony y Fox. Actualmente está divorciado y tiene dos hijos: Julián y Manuel. “Te pido por favor que no me preguntes nada”, pidió amable Borensztein a PERFIL cuando lo consultó telefónicamente sobre su presente amoroso.
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